El baúl

Hoy, por primera vez desde hace ya mucho tiempo, se abrió un baúl. El baúl en el que yo tenía metidos, con mucho recelo: el dolor, el miedo, la incertidumbre, la impotencia, latristeza, la rabia... Cosas, sentimientos que guardé y dejé olvidados. Durante tiempo estuvieron ahí, encerrados, bajo llave. Una llave que hoy se introdujo en la cerradura y abrió el baúl contra mi voluntad.

Me cogió desprevenido y sin saber qué hacer. Bajo el polvo del tiempo resurgieron esas cosas, a las que tanto temía, fantasmas del pasado que estaban ocultos en lo mas recóndito de mi memoria.

Quiero volver a cerrar el baúl, quiero encerrar todo lo que nunca tuvo que salir de él. Pero no encuentro la llave.

Quítate de mi camino.

Día tras día sigo aquí, atrapado, en esta cárcel de barrotes de oro. Estoy harto de no poder decidir, equivocarme, vivir un error. Me quitaste mi libertad, mi decisión y mi autonomía; me dejaste , aquí, encadenado. Pero esto ya llego a su final, romperé mis cadenas y me iré, ya no me tendrás más y no volveré. Fuiste una piedra en la que tropecé, pero ¿sabes qué?, te retiré de mi camino, te quite de mi paso, de mi vida, de mi existencia. Vete, fuera de aquí, ya has vivido bastante de mí. Ha llegado la hora de que sea mi propio dueño, el que elija cómo vivir, cómo ser, qué errores cometer y qué llegar a ser.

Hazte un favor y quítate de mi camino.